jueves, 19 de junio de 2014

No os metáis con las infantas, por favor

Con motivo de la coronación del que será conocido a partir de ahora como Felipe VI, las redes sociales están que arden. Igual que hace un par de semanas, cuando abdicó su padre, mi móvil se ha recalentado como una vitrocerámica con motivo de los whatsapp que recibo a tal efecto. Estas ocasiones suelen hacer que la gente saque a relucir su ingenio y en cuestión de minutos produzca una cantidad impresionante de chistes y memes.
No voy a poner la foto que ha dado origen a este desahogo, por
considerarla de mal gusto; me quedo con este otro guiño a
El Resplandor. La encontré en internet así que no sé a quién darle
las gracias.
Los hay graciosos, de esos que te arrancan una carcajada con independencia de tu opinión sobre el modelo de estado más deseable; hay otros que pueden considerarse más o menos logrados, según el gusto del consumidor.
Y finalmente, hay un par de ellos que me parecen francamente inaceptables.
Un ejemplo de estos últimos es el más reciente (por lo menos, el último que he visto y recibido), en el que comparan una foto de las infantas Leonor y Sofía, que asisten a la coronación erguidas y con aire solemne, con un fotograma de la película El resplandor (The Shining para quien prefiera verla en su versión original), en el que las gemelas aparecen en el medio del pasillo.
Como madre, y también como persona capaz (creo) de cierta empatía, me revienta que vayan a degüello contra unas niñas, que al fin y al cabo no tienen ninguna culpa, para atacar a la institución a la que (involuntariamente) están representando. Cada vez que alguien expone a sus hijos se expone, para bien o para mal, a las opiniones del entorno; a pesar de ello, soy consciente de que un día como hoy iba a ser materialmente imposible mantenerlas alejadas de los focos, dicho lo cual, no quedaba más remedio que confiar en el sentido común y el buen gusto del espectador.
Ahora, como republicana, quiero dejar claro que no les deseo absolutamente ningún mal, ni a ellas ni a sus primos ni demás familiares; puestos a pedir, me gustaría que pudieran vivir honradamente como cualquier ciudadano, sin enarbolar privilegios medievales otorgados por derecho de nacimiento.
Porque todo sea dicho, me duele la foto y la comparación con El Resplandor, pero también me duele el sueldo de Leonor, mejor dicho me duele pensar a cuántos niños se podía ayudar con esa cantidad.
Desde que soy madre, no soy capaz de permanecer indiferente ante el sufrimiento de un niño, se trate de las infantitas (dicho sea con cariño) ridiculizadas a causa de su linaje, o de ese más de 20% de niños españoles que viven por debajo del umbral de la pobreza, o de todos aquellos que sufren y mueren por maltrato, o por enfermedades incurables, y muchos otros que forman parte de una infinita cadena de desgracias que sería demasiado larga de enumerar.
También me molesta el servilismo de la prensa, que no pierde ocasión para comentar que qué monas las infantas, con el lazo del pelo a juego con los zapatos, y cubre a los demás con un vergonzoso velo de silencio, sin mencionarlos más que de pasada, liquidando su drama en pocas palabras.